Música popular y folclórica

La música mexicana es el resultado de diversas influencias. Se sabe muy poco de la música prehispánica, aunque son abundantes los grupos que reivindican esa tradición a lo largo de todo el país. Quizá la danza del Venado, de los indios yaquis de Sonora y mayos de Sonora y Sinaloa, sea uno de los pocos testimonios de la música prehispánica que han persistido hasta nuestros días, tanto en su instrumentación como en la lírica. En los pueblos precolombinos, el único instrumento de cuerda usado era el arco percutor y la música era más rítmica y creadora de atmósferas que melódica. Entre los instrumentos que utilizaban está el teponaztli y el huehuetl, siendo el primero un instrumento idiófono y el segundo un instrumento membranófono; las ocarinas y flautas de barro o carrizo, raspadores de hueso o de madera, y cascabeles. Tras la llegada de los españoles, los indígenas aprendieron de los misioneros la música europea. Muchas de las danzas de Conquista que se practican en las comunidades indígenas del país tienen origen en ese tiempo; igual que ciertos géneros asociados con el culto católico, como la danza de Matachines y el son de Concheros, entre otros. En Tabasco, en la ciudad de Tenosique, cada año se celebra el carnaval, que muchos dicen es el más raro del mundo. Este inicia con la danza del pocho.
Internacionalmente conocido es el conjunto del mariachi, asociado a las grandes figuras de la "canción mexicana" ranchera, que tuvo su período de florecimiento entre las décadas de 1940 a 1970. Procedente del occidente de México, específicamente de los estados de Nayarit, Colima y Jalisco, que se disputan su paternidad. El mariachi era originalmente un conjunto folclórico e indígena, y su indumentaria nada tenía que ver con la del charro (es decir, el traje de los ricos hacendados ganaderos). Interpretaban "sones de mariachi" hasta su llegada a la Ciudad de México, a principios del siglo XX donde se transformaron (y continúan haciéndolo) y comenzaron a tocar "canciones bravías", corridos y boleros adaptándolos a su estilo. Lucha Reyes fue una de la primeras figuras que grabó éxitos acompañada de mariachi. En la "Época de Oro" del cine mexicano, los mariachis se dieron a conocer al mundo con las películas de Jorge Negrete y Pedro Infante. Con Javier Solís se pone de moda el bolero acompañado de mariachi.

El son es una música en la cual se mezclan las influencias indígenas, españolas y africanas, incluso asiáticas en algunos casos. Se trata de un género con ritmo de 6/8, cuya instrumentación varía de región en región. Además de los ya señalados sones de mariachi, hay son jarocho, son huasteco (huapango), son abajeño y muchos más. Géneros de aparición más tardía son la jarana y la trova yucateca, que se cultivan en la península de Yucatán, y que recibieron influencia caribeña (especialmente del son cubano y el bambuco colombiano); y la chilena, originaria de los estados de Guerrero y Oaxaca, y que recibió la influencia de la cueca chilena y la marinera peruana.

El jarabe es una sucesión continua de sones y danzas (algo así como una "suite" mexicana) el nombre viene del tiempo en el que los "boticarios" (farmacéuticos) elaboraban remedios combinando diversos elementos llamados "jarabes". Existen los jarabes Tapatío, Mixteco, del Valle, Tlaxcalteca, Michoacano, etc.

A principios del siglo XX y hasta fines de los años 30, con la influencia del romanticismo tardío, tuvo su auge la llamada "canción fina mexicana" (término no muy claro) muy en el gusto popular no obstante que era interpretada por cantantes líricos, como Pedro Vargas y Nicolás Urcelay. Algunos de los autores de este tipo de canciones más notables fueron Agustín Lara y María Grever influidos por el estilo de los compositores mexicanos e italianos de fines del siglo XIX.

El bolero, que llegó del Caribe a México través de Yucatán, se convirtió en uno de los géneros favoritos del público. Durante las décadas de 1940 a 1960, muchos tríos de guitarras y voces armonizadas, como Los Panchos fueron célebres. Recientemente el bolero ha recobrado popularidad.

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